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Foto del escritorAlan Quiroz

El COVID-19 es una enfermedad leve.

Matías Fonte-Padilla es decano del Colegio Oficial de Biólogos (COBCAN) en Canarias; España y está convencido de que ha sido la mala gestión de la emergencia sanitaria lo que obliga a las personas al confinamiento y no el COVID-19 en sí; ya que su baja tasa de contagio y mortandad no justificaría las acciones que vemos por doquier.


El decano del Cobcan asegura que el Covid-19 es una enfermedad leve que pasa asintomática en el 85% de los afectados; que el uso de mascarillas y guantes “no es efectivo para evitar el contagio por coronavirus”. “No está demostrado” que las aglomeraciones de personas potencien la transmisión, ya que se propaga por “contacto directo y continuado”. Por lo tanto, “tocar una moneda o un billete que ha pasado por las manos de un infectado no contagia el coronavirus”, pues ese virus “no vive mucho tiempo en una superficie a menos que se encuentre a 37 grados continuamente”.

Y va más allá: “una persona infectada sin síntomas muchas veces no contagia a los demás porque tiene una carga vírica muy baja”.

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Fonte-Padilla: decano del COBCAN en Canarias.

Fonte-Padilla respalda las restricciones draconianas del Gobierno como “medida de prevención necesaria”, pero subraya que “no hay evidencias científicas” que sostengan las restricciones de movimiento y reunión que impone el estado de alarma. “Los estudios revelan que para que se produzca un contagio, el contacto ha de ser prolongado y directo. Ninguna publicación concluye que te puedas contagiar más en un concierto o una manifestación. Obviamente, las simulaciones matemáticas dicen que cuanto menos contacto directo haya entre personas, mejor”.



El decano sitúa el origen de la catástrofe en lo mal que gestionó España el primer estadio de propagación de la epidemia. “Cometimos el error de meter miedo a la población y eso hizo que los hospitales se saturasen de personas con cuadros leves, multiplicando el contagio entre la población más vulnerable. Por desgracia ahora sí estamos en un estado propagación masiva en el que debemos tratar de que la tasa de infectados no se dispare”.



El Covid-19 es una enfermedad leve. Miles de personas ya la habrán contraído y pasado sin haberse enterado.

“Según los criterios técnicos, el Covid-19 es una enfermedad leve que pasa asintomática en el 85% de los afectados. Miles de personas ya la habrán pasado y ni se han enterado, quizá un día tuvieron dolor de cabeza o unas décimas y se les pasó”, subraya Fonte-Padilla. “Solo un 10% presenta síntomas claros y un 5% situaciones graves. De estos, el pequeño porcentaje que fallece lo hace con coronavirus, no por coronavirus. Es decir, que el virus actúa como agravante de patologías respiratorias ya existentes. Una persona sana no presentará más que fiebre y fatiga, a veces ni eso. El Covid-19 solo es especial porque es un virus nuevo para el cual nadie tiene memoria inmunológica, y eso expone de golpe a toda nuestra población vulnerable, principalmente la población mayor con múltiples patologías.


"El confinamiento se justifica para evitar la saturación de los hospitales, debemos proteger a la población de riesgo, y en ese sentido apoyamos las medidas del Gobierno, pero como enfermedad no presenta razones para la alarma social”.

El virus reconoce una proteína que está en las células envejecidas o dañadas de los pulmones, por eso no afecta a los niños.

“Una cosa que ya conocemos bien es la vía de entrada”, prosigue. “Según los últimos estudios, el virus reconoce una proteína que está en las células envejecidas o dañadas de los pulmones, por eso no afecta a los niños, que no presentan síntomas aunque sí pueden transmitir la enfermedad. También por eso muchas personas sanas ni se enteran o se pasan unos días con fiebre y malestar general sin alcanzar un cuadro grave. El coronavirus afecta en los casos más graves igual que una neumonía bipulmonar, daña los dos pulmones a la vez, y esa proteína que es la que reconoce el virus en células dañadas de los pulmones también puede ser reconocida en el hígado e intestino delgado. Las personas sanas o que ya lo superaron pueden tener reservorios del virus en esos órganos, y cuando están bajos de defensas pueden ser transmisores de la enfermedad, por eso debemos extremar las precauciones”.


No tiene sentido usar mascarilla

El decano del Colegio de Biólogos de Canarias asegura que el uso de mascarillas y guantes en personas no infectadas “no es efectivo”. La Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado recientemente en el mismo sentido. “Una mascarilla quirúrgica no te va a proteger del contagio, para eso necesitarías una mascarilla de carbón activado para agentes químicos. La mascarilla común es útil solo para que un contagiado no infecte a los demás con sus partículas de saliva. El personal sanitario no usa mascarillas para protegerse, sino para no contaminar ellos a los pacientes. Los guantes sí son más recomendables, pero de nuevo hay que insistir en que tocar un momento una superficie donde ha habido virus no es contagio inmediato. Para eso hay que tocar continuamente una superficie y luego tocarse repetidamente boca y ojos. Desde que un infectado suelta la moneda o billete empiezan a morir a cientos de miles cada milisegundo, eso les pasa a todos virus y bacterias. Además sabemos que el coronavirus es muy sensible a los cambios de temperatura”.


que es coronavirus
El virus reconoce una proteína en las células envejecidas o dañadas de los pulmones, por eso no afecta a los niños.

“El SARS que causó estragos hace unos años tenía una tasa de mortalidad mucho mayor que el Covid-19, pero desapareció de golpe. En cambio la gripe A, mucho menos peligrosa, se ha quedado entre nosotros y la gente se sigue infectando sin mayores consecuencias. No sabemos aún si el Covid-19 pasará a ser una enfermedad leve más de las que ya tratamos o si desaparecerá para siempre cuando lleguen los cambios estacionales y deje de estar activo esta temporada”, explica Fonte-Padilla.

No sabemos aún si el Covid-19 pasará a ser una enfermedad leve más de las que tenemos o desaparecerá.

Finalmente, el decano lanza una reflexión para dimensionar la burbuja de pánico social del coronavirus: “La gente se preocupa por el Covid-19 pero no se preocupa por dejar de fumar, que es un factor de riesgo muy importante para esta enfermedad. Tenemos problemas más graves a nivel sanitario que este coronavirus, por ejemplo ese, el tabaco, y la gente sigue fumando como siempre”.



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